Desde hace algunos meses se viene hablando de los costes que origina la devolución online. El aumento de las ventas en los ecommerces y en los Marketplaces, por la facilidad que tiene el usuario de comprar, ha disparado considerablemente las operaciones; hecho que multiplica el tráfico de mercancías y el gasto económico que esto supone.
Las ventas online han crecido exponencialmente los últimos años, hecho que hizo que se asentara aún más durante la pandemia. Es muy fácil comprar desde la comodidad del sofá de casa, probártelo y si no te gusta devolverlo cómodamente, también, desde casa. Esto ha ocasionado un aumento de las devoluciones online desde los domicilios de los clientes. Generando un coste económico y medioambiental incalculable que muchas empresas no están dispuestas a asumir.
Es por ello, que desde hace algunos meses se está hablando de cobrar por devolver productos online con recogida a domicilio. Esta tendencia se está empezando a expandir, sobre todo, entre las grandes marcas de ropa; que siguen ofreciendo la devolución gratuita en sus tiendas – que ven aumentado su tráfico como consecuencia de las devoluciones online.
Los costes de las devoluciones online duplican los de las entregas, ya que la logística inversa requiere personal que verifique las devoluciones cuando se recepcionan. A esto hay que añadir el coste que supone para las distribuidoras.
*Según un estudio realizado por EAE Business School, los consumidores españoles devolvieron el 50% de las compras online realizadas durante el Black Friday. España es el cuarto país de Europa con mayor volumen de devoluciones online, cifra que es superior a la registrada en los periodos en los que no hay ninguna campaña promocional especial (30%).
El negocio de la reventa de las devoluciones
Algunas plataformas de ecommerce, como Amazon, ha creado Amazon Returns. Esta, tiene el propósito de mitigar el gasto que suponen las devoluciones online, revendiendo los productos que no se pueden volver a vender. Los productos que no pueden ser vendidos de nuevo, se venden de nuevo por otro canal (distinto al canal convencional), en el que el comprador acepta que el producto es una devolución y por lo tanto puede que no esté en perfecto estado, como lo estaría si fuera nuevo.
Reembolsos sin devolver el artículo
En muchas ocasiones, algunas plataformas de comercio electrónico han optado por reembolsar el precio de los artículos devueltos sin que el cliente devuelva el artículo. De esta manera se consigue un beneficio por ambas partes: el ecommerce se ahorra los costes de la devolución y el cliente se ve obsequiado con el producto y además no tiene que gestionar la devolución.